De la redacción
El Buen Tono
La inminente llegada del USS Gerald R. Ford a las aguas frente a Venezuela ha encendido las alertas en toda Latinoamérica. El portaaviones más avanzado de Estados Unidos, pieza central del poderío naval estadounidense, se aproxima a la región en medio de una escalada militar que expertos consideran inédita en décadas.
Su presencia, interpretada por especialistas como un mensaje directo al gobierno de Nicolás Maduro, forma parte de la campaña de la administración del presidente Donald Trump para frenar actividades vinculadas al tráfico internacional de drogas y ejercer presión política en Caracas. Analistas, sin embargo, señalan que un buque de esta magnitud tiene poco impacto en operaciones contra crimen organizado, y más bien representa un instrumento de disuasión orientado al cambio de gobierno.
Mientras la Casa Blanca insiste en que su objetivo es impedir el ingreso de drogas a su territorio, voces dentro de centros de análisis y organismos internacionales advierten que el despliegue va más allá. Operaciones de la CIA autorizadas públicamente, ataques a embarcaciones en el Caribe y recientes entrenamientos de bombarderos cerca de la costa venezolana forman parte del creciente despliegue militar.
Ante este escenario, Venezuela anunció una movilización “masiva” de tropas y civiles para una jornada de preparación ante un posible ataque. Las fuerzas armadas del país mostraron unidades terrestres, aéreas y sistemas misilísticos, mientras Maduro acusa a Estados Unidos de intentar forzarlo a abandonar el poder.
En Washington, funcionarios sostienen que no hay intención abierta de derrocar al mandatario venezolano, aunque legisladores y exmilitares plantean que la administración Trump podría estar dispuesta a usar la fuerza si no hay cambios políticos en Caracas en el corto plazo.
La situación también provoca fricciones diplomáticas. Colombia suspendió temporalmente el intercambio de inteligencia con Estados Unidos, aunque luego matizó su postura. México, por su parte, anunció un acuerdo para que la Marina intercepte embarcaciones en aguas internacionales y evitar ataques cerca de sus costas.
La llegada del Ford, prevista para los próximos días, mantiene a la región en un estado de expectación. Para analistas, la sola presencia del portaaviones ya representa un giro significativo en el equilibrio militar del Caribe y profundiza la presión sobre Caracas en un momento crucial.


