


Efraín Hernández
El Buen Tono
Poza Rica.- A casi dos semanas de la tragedia provocada por el desbordamiento del río Cazones, Poza Rica continúa sumergida en el lodo y la tristeza. Cientos de familias aún limpian sus viviendas, intentando recuperar algo de lo que el agua arrasó. Las calles permanecen cubiertas de escombros, mientras el olor a humedad y putrefacción recuerda el golpe devastador que dejó el siniestro.
Televisores, colchones y muebles dañados se apilan en las banquetas. En medio del calor, hombres y mujeres con palas, botas y cubrebocas trabajan sin descanso para rescatar lo poco que quedó. A pesar del cansancio, la esperanza de volver a empezar se mantiene viva entre los habitantes que se ayudan unos a otros para salir adelante.
Autoridades estatales han mantenido presencia constante en la zona y la población reconoce que la gobernadora Rocío Nahle García está haciendo todo lo humanamente posible para atender la emergencia. Las labores de limpieza, distribución de víveres y apoyo social continúan día y noche, con la colaboración de dependencias y voluntarios.
A 13 días del desastre, Poza Rica sigue necesitando del esfuerzo conjunto de todos: instituciones, sociedad civil y ciudadanía. El río volvió a su cauce, pero la reconstrucción emocional y material de cientos de familias apenas comienza.

