

Chihuahua — La comunidad agrícola de Cuauhtémoc vive momentos de profundo dolor y consternación tras la trágica muerte de un niño rarámuri de apenas 3 años de edad, quien cayó accidentalmente en un pozo agrícola de más de 100 metros de profundidad.
El pequeño, identificado inicialmente como David, permaneció con vida por aproximadamente cuatro horas dentro del angosto pozo —de tan solo 30 centímetros de diámetro— ubicado en la huerta manzanera “Lizeth”, en las calles Ingeniería y Quinta Lupita. El reporte fue recibido por los cuerpos de emergencia cerca de las 6 de la tarde, y una hora más tarde, el jefe de Bomberos, René Martínez, confirmó que el menor seguía con vida, gracias a la visualización obtenida con una cámara especial introducida en el pozo.
La angustia y esperanza mantuvieron en vilo a toda la ciudad mientras bomberos y rescatistas trabajaban contrarreloj para lograr su rescate. Lamentablemente, a las 11 de la noche, el pequeño fue extraído sin vida, presuntamente por asfixia.
David, cuyo nombre completo corresponde a las iniciales N.H.B. según la Fiscalía General del Estado, pertenecía a una familia indígena tarahumara que trabajaba en dicha huerta. La Fiscalía ya ha abierto una investigación para determinar la responsabilidad de los propietarios del terreno, pues el pozo donde ocurrió el accidente se encontraba en desuso y sin ninguna clase de sellado o señalización.
Este doloroso incidente ha despertado un fuerte llamado social y mediático para revisar las condiciones de seguridad en las zonas agrícolas del estado, especialmente aquellas en donde trabajan familias indígenas.
