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Presencia militar en el INE: Una señal preocupante para la autonomía electoral

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AGENCIA

Ciudad de México.- La irrupción de elementos del Ejército y la Guardia Nacional durante la sesión del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) este domingo encendió las alertas sobre la autonomía e independencia del árbitro electoral. En los casi 35 años de existencia del INE y su antecesor, el IFE, jamás se había visto presencia militar dentro del salón de plenos durante una sesión.

Durante la primera parte de la sesión permanente del Consejo General -que duró cerca de dos horas- dos soldados del Ejército y un elemento de la Guardia Nacional estuvieron presentes en el recinto, uniformados, sin que mediara consulta o notificación previa a las consejerías.

El consejero electoral Jaime Rivera lo señaló con claridad: “Nunca había ocurrido algo semejante en la sala del Consejo General. Las y los consejeros no fuimos consultados ni informados de ello”.

Este hecho coincide con la instalación, horas antes, de una mesa de seguridad conjunta en las instalaciones del INE, encabezada por la secretaria ejecutiva Claudia Arlett Espino, con presencia de representantes de la SSPC, la Sedena, la Marina, la Guardia Nacional, Gobernación y la FGR.

Sin embargo, la presencia física de militares dentro de un espacio reservado a la deliberación democrática y civil no fue justificada públicamente ni explicada en su contexto. Tampoco se ha emitido, hasta el momento, una postura oficial por parte del INE.

En redes sociales, las críticas no se hicieron esperar. Exconsejeros como Lorenzo Córdova y Alfredo Figueroa calificaron el hecho como un retroceso alarmante para la democracia mexicana.

“Nunca en la historia política del IFE-INE autónomos vimos a militares en la sesión del Consejo General… Su presencia es un símbolo, pero sobre todo, un mensaje de que el INE ha dejado de ser autónomo e independiente”, escribió Figueroa.

Este inédito suceso ocurre en el marco de una elección marcada por tensiones políticas, presencia de fuerzas armadas en tareas civiles y cuestionamientos al papel del Gobierno federal en el proceso democrático. Lo que para algunos puede parecer un gesto de “resguardo”, para otros envía un mensaje de control, presión o vigilancia sobre el árbitro electoral.

En cualquier democracia funcional, la independencia de los órganos electorales y la no militarización de los espacios civiles son principios irrenunciables. La entrada de soldados a una sesión del INE, sin explicación institucional, marca un precedente peligroso y deja abierta la pregunta: ¿Cuál es el verdadero papel que se espera de las Fuerzas Armadas en la vida política del país?

La respuesta es la militarización del país; así ocurría en Cuba y Venezuela, ¡cuando inició la dictadura! La nueva izquierda del siglo XXI.

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