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Primero, gastan. Luego, aprueban

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Córdoba.- La opacidad y corrupción con que trabaja la presidencia municipal en Córdoba, y el irregular manejo en la obra pública, nuevamente se dio de manifiesto este viernes, durante la sesión de Cabildo celebrada. Tomás@elalcahuetedeportillaylavín no entiende que el Ayuntamiento es la máxima autoridad en el municipio, y debe enterarlo siempre y pedir autorización para ejercer el presupuesto de la obra pública.

Del programa de obra pública aprobado para este 2016, algunas obras y proyectos ya se realizaron, pero ahora resulta que “costaron más de lo que se aprobó” para ejecutarlas.

Esta situación ha sido recurrente durante esta corrupta administración municipal, y los regidores, la mayoría de ellos comprados por el alcalde a través de aumentos indiscriminados de salarios y otras prebendas y “favores”, siempre autorizan el despilfarro y el gasto innecesario.

Ayer, la Regidora Quinta y Mario Arturo Palencia Aguilera, criticaron que primero se realice el gasto “adicional” en la modificación de obras y después acudan a solicitar la aprobación de Cabildo. Y más que criticar, deberían denunciar tanto al alcalde como al director de Obras Públicas, pero también al Tesorero, pues eso es claramente un desvío de fondos, ya que utilizaron dinero no aprobado para un rubro distinto al original.  Las modificaciones presupuestales son comunes en las administraciones municipales, pero el procedimiento es claro. Primero se solicitan, luego se aprueban, y luego se hace la modificación en el presupuesto para poder ejercer el dinero. En Córdoba, primero se lo gastan, y luego piden a los regidores que aprueben la modificación. Eso es ilegal, y la contralora lo sabe, pero como está ahí para proteger a su patrón, Tomás@elalcahuete de portillaylavín y no para trabajar a favor de los cordobeses, hace caso omiso, volviéndose cómplice y tapadera de estas irregularidades y delitos.

Entre otras, los regidores aprobaron “regularizar” el desvío de fondos hecho para justificar el gasto del proyecto ejecutivo del estadio Rafael Murillo Vidal, con un costo de 890 mil 902 pesos, divididos en el proyecto estructural por 325 mil 380  y en el ejecutivo por 365 mil 502 pesos.

También, el proyecto ejecutivo del estadio de béisbol “Beisborama” por un millón 49 mil 506 pesos, dividido en 564 mil 382 para el proyecto estructural y 45 mil 129 pesos, en el proyecto ejecutivo.

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