

Nogales, Ver.— La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) clausuró de forma total y temporal dos predios en Nogales y Tlaquilpa por tala ilegal, al detectar el derribo no autorizado de más de 48 metros cúbicos de madera durante inspecciones realizadas el 22 y 23 de abril. En Nogales, la intervención ocurrió en el Parque Nacional Cañón del Río Blanco, área natural protegida, mientras que en Tlaquilpa la afectación fue en el Barrio de San Pedro. Ambos casos derivaron en procedimientos administrativos que podrían concluir en sanciones económicas o denuncias penales.
Las acciones de la Profepa han desatado indignación entre ciudadanos y grupos ambientalistas, quienes acusan a autoridades municipales de omisión o complicidad. Señalan especialmente al alcalde de Nogales, Ernesto Torres Navarro, por su aparente indiferencia ante la destrucción del ecosistema local. La dependencia federal reiteró su compromiso de vigilar el cumplimiento de la ley y exhortó a la población a denunciar cualquier daño ambiental.
