En un acontecimiento que marca un hito en la recuperación del patrimonio cultural, fragmentos de un antiguo manuscrito chino en seda, con una antigüedad estimada de 2.300 años, han regresado este domingo a China desde Estados Unidos, tras haber estado fuera del país asiático por casi ocho décadas.
El valioso documento, conocido como Zidanku, fue sustraído en 1942 de una tumba ubicada en Changsha, provincia de Hunan, y trasladado de forma ilícita a Estados Unidos en 1946. Este manuscrito es considerado el más antiguo jamás hallado en seda con textos chinos, y el único conocido del período de los Reinos Combatientes (475–221 a.C.).
Los fragmentos repatriados, correspondientes a los volúmenes 2 y 3, abordan prácticas rituales y militares asociadas con tabúes culturales de la época. El primer volumen aún permanece en manos privadas fuera del país, aunque las autoridades chinas continúan las gestiones para su recuperación.
La entrega oficial de los fragmentos se realizó el pasado viernes en la embajada de China en Washington, en una ceremonia encabezada por representantes del Museo Nacional de Arte Asiático del Instituto Smithsonian, entidad que custodió las piezas en Estados Unidos. Posteriormente, los manuscritos fueron enviados a Pekín, según informó el diario China Daily.
Con más de 900 caracteres chinos registrados en los fragmentos, el Zidanku representa una fuente invaluable para el estudio de la lengua, la literatura y el pensamiento de la antigua China. Se exhibirá al público a partir de julio en el Museo Nacional de China, dentro de una muestra especial sobre la repatriación de bienes culturales.
Desde 2009, Estados Unidos ha devuelto más de 500 piezas de patrimonio cultural a China en una veintena de operaciones. Este esfuerzo se enmarca en las directrices emitidas por el gobierno chino en 2022, que intensifican la lucha contra el saqueo arqueológico y promueven la devolución de bienes culturales dispersos por todo el mundo.
El regreso del Zidanku no solo recupera parte de la historia china, sino que también representa un avance significativo en la cooperación internacional para la protección del patrimonio cultural.
