DE LA REDACCIÓN
EL BUEN TONO
CÓRDOBA.- El procedimiento administrativo iniciado contra el director de Servicios Municipales, René Mushe Burguette Ameca, dejó al descubierto el desvío de recursos públicos y una estructura de corrupción compartida entre diversos funcionarios del Ayuntamiento de Córdoba, quienes ahora intentan simular indignación para evadir su responsabilidad en la crisis del servicio de recolección de basura.
La Contraloría municipal investiga la desaparición de un fondo extraordinario por 4 millones 716 mil pesos, autorizado en octubre para el traslado de residuos sólidos al relleno sanitario de Medellín y Nogales. Dichos recursos no se reflejaron en mejoras al servicio y coincidieron con meses de calles saturadas de basura y una operatividad prácticamente paralizada.
Aunque actualmente algunos regidores se presentan como denunciantes, durante meses guardaron silencio y avalaron el manejo del presupuesto, pese a tener conocimiento del deterioro del sistema de limpia pública.
Hoy señalan el desfalco como si fueran ajenos, cuando en los hechos formaron parte del mismo esquema de encubrimiento. La responsabilidad también alcanza a Marco Antonio Alducín Galán, jefe de Limpia Pública, por el manejo irregular de los recursos asignados a su área.
El lunes, Burguette Ameca acudió al Palacio Municipal y simuló una renuncia que no fue aceptada. Lejos de asumir consecuencias, la maniobra buscó desviar la atención y presentarse como víctima, mientras continúa en el cargo bajo la protección política de la administración encabezada por Juan Martínez Flores.
El funcionario cuenta con antecedentes de acomodo político: tiene base en la Secretaría de Salud y ha ocupado diversos cargos en ayuntamientos mediante licencias administrativas.
A ello se suma la permanencia de su círculo familiar dentro de la nómina municipal, ya que su esposa labora en la Unidad de Género de Hidrosistema.
Pese a los señalamientos, al daño urbano provocado y a la investigación en curso, René Mushe Burguette sigue operando como pieza clave de una red donde las responsabilidades son compartidas.
En el gobierno municipal de Córdoba, los funcionarios hoy se acusan entre sí, pero el uso indebido de los recursos públicos fue una práctica sostenida y tolerada.
