

Tinta ácida
El Buen Tono
Zongolica, Ver. —El retén instalado recientemente por Tránsito Municipal en la zona de La Quinta no solo es una medida inútil y estorbosa para los ciudadanos, sino que además va en contra de la instrucción emitida por la gobernadora del estado, quien ordenó la cancelación de este tipo de filtros por su uso indebido y potencial para actos de extorsión. La administración de Wenceslao Cosme Reyes decidió ignorar esta disposición con tal de aparentar acciones y seguir afectando a la población.
Sin justificación técnica ni resultados que sustenten su implementación, el retén se instaló para revisar cinturones, polarizados y cascos, bajo el pretexto de “prevención vial”. La realidad es que estas acciones no resuelven los problemas graves de movilidad, inseguridad y desorden vial que afectan al municipio. El operativo no generó sanciones ni mejoras, pero sí generó molestias a quienes transitan diariamente por la zona.
La ciudadanía ha denunciado que estas revisiones, lejos de contribuir a la seguridad, solo sirven para entorpecer el paso e incluso abrir espacio a prácticas de extorsión. La omisión del Ayuntamiento respecto a la orden estatal refuerza la idea de que los filtros se mantienen para fines recaudatorios y no por un interés legítimo de protección al ciudadano. La instrucción fue clara: los retenes están prohibidos, pero en Zongolica la autoridad municipal decidió ignorarla.
Mientras los caminos siguen sin mantenimiento, las calles sin señalética y los accidentes viales aumentan, el gobierno municipal de Cosme Reyes enfoca sus recursos en medidas ilegales, simuladas y contraproducentes. El retén no es prevención, es un abuso. No es estrategia, es una violación directa a la autoridad estatal. Y no es servicio público, es otra muestra de una administración sin rumbo, sin control y sin respeto por la ley.
