


Nayeli Ríos
El Buen Tono
CÓRDOBA.- El Fideicomiso de Parquímetros en Córdoba es hoy sinónimo de corrupción, complicidad y cinismo. Todos sus integrantes, sin excepción, han dejado de cumplir con la función para la que fueron designados: vigilar que los recursos se usen para obras de calidad y con transparencia. En cambio, se han convertido en comparsas del saqueo encabezado por el alcalde Juan Martínez Flores y la síndica Vania López González. Mientras la ciudad enfrenta necesidades urgentes, el fideicomiso permite que el dinero de los parquímetros se utilice en banquetas —obras que ya estaban contempladas en el presupuesto municipal— en vez de financiar proyectos reales de infraestructura.
Lejos de cuestionar o frenar esta manipulación de recursos, los integrantes del comité han preferido guardar silencio, aplaudir y proteger al ayuntamiento.
Jaime García Pontón, en lugar de exigir rendición de cuentas, ha tenido la osadía de presumir que “el fideicomiso está bien manejado”, un comentario que insulta la inteligencia de los cordobeses al ver la opacidad con la que se gastan los recursos públicos.
Por su parte, Leonardo Penagos García no sólo protege los intereses del alcalde y la síndica, sino que además agrede y hostiga a quienes cuestionan la corrupción del fideicomiso, demostrando una actitud autoritaria y prepotente que busca blindar a este grupo de cualquier crítica.
El Comité Técnico, integrado por seis funcionarios municipales —la tesorera, el secretario municipal y los titulares de Desarrollo Económico, Proveeduría y Recursos Materiales, Servicios Municipales y Obra Pública— y cinco ciudadanos como Omar Kuri Dib, Rossana Sánchez Debernardi, Fermín Mateo Rodríguez, Isabel Martínez Mena, Jesús Rodolfo Domínguez Domínguez, Eduardo García González, Ramón Manuel Romano Sanz, Jorge Caram Lara y el propio Penagos, ha permitido que el dinero de los cordobeses se maneje con total impunidad.

