Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba.- La sede de Cáritas Diocesana de Córdoba enfrenta una presión sin precedentes en sus servicios de salud. Según Esmeralda González Arroyo, coordinadora administrativa de la institución, las solicitudes de apoyo médico han escalado drásticamente: de atender uno o dos pacientes por semana, ahora reciben a diario hasta 15 personas desesperadas por medicamentos y tratamientos.
Este incremento alarmante revela una crisis sistémica, donde el desabasto público de fármacos y el envejecimiento de la población abandonada por el Estado y las familias, colapsan la capacidad de la organización caritativa.
“Las personas llegan por cardiología, rayos X, cirugías programadas o cáncer. Sus tratamientos son carísimos y no tienen recursos”, detalla González Arroyo. El perfil es preocupante: pacientes oncológicos, cardiacos o con intervenciones quirúrgicas urgentes que el sistema público diagnostica, pero no atiende.
“En el sector Salud te dan la receta, pero no el medicamento. Entonces preguntamos: ‘¿cuánto tienes?’ Y responden: ‘apenas para comer hoy’”. Ante esto, Cáritas sólo puede ofrecer paliativos: transporte, despensas o estudios de laboratorio. “No podemos financiar cirugías. Son costos imposibles”, admite con crudeza.
El albergue de la institución, con capacidad para 15 personas, refleja la emergencia: antes registraba semanas vacías, pero ahora está saturado mes a mes, principalmente por pacientes de radioterapia que requieren 25 a 30 sesiones consecutivas. “Vienen por un mes entero; a veces no terminan, pero la demanda no cesa”, explica González Arroyo, señalando causas estructurales como la falta de medicamentos en hospitales públicos y el abandono de adultos mayores debido al envejecimiento poblacional.
