Laura A. García
El Buen Tono
Amatlán.- El camino que conecta la cabecera municipal con la congregación La Toma se encuentra en condiciones deplorables, con baches, tramos erosionados y riesgo constante para automovilistas y transportistas, luego de que la administración encabezada por Luis Arturo Figueroa Vargas no destinara ni un solo peso para su rehabilitación en cuatro años de gobierno.
Esta ruta no solo es fundamental para las familias de La Toma y comunidades aledañas, sino que también es la principal vía de acceso para visitantes de todo el estado que acuden al penal de mediana seguridad que recibe el mismo nombre que la congregación en donde se encuentran los juzgados penales.
Pese a su importancia estratégica, el gobierno municipal ha ignorado las múltiples quejas de vecinos, quienes deben cruzar a diario por un camino peligroso e intransitable en temporada de lluvias.
Aunque en campaña Figueroa Vargas prometió mejorar la infraestructura vial, en los hechos nunca incluyó este camino en los programas de obra pública. Transportistas locales denuncian que el deterioro ha provocado daños constantes a vehículos, incrementando sus gastos de mantenimiento, mientras que ambulancias y patrullas enfrentan serias dificultades para llegar cuando ocurre alguna emergencia.
Organizaciones civiles advierten que el abandono de esta vía podría derivar en accidentes graves, e incluso en demandas por omisión de funciones, ya que el ayuntamiento tiene la obligación de garantizar caminos seguros y transitables. “Es inaceptable que una ruta tan importante para la justicia y la movilidad esté en el olvido. ¿Hasta cuándo esperarán para actuar?”, cuestionó un transportista de La Toma.
Pese a las exigencias, Luis Arturo Figueroa Vargas no ha dado explicaciones públicas sobre la falta de mantenimiento, lo que ha aumentado el descontento social. Vecinos exigen una revisión urgente de los recursos municipales y que se asigne presupuesto inmediato para reparar el camino antes de que ocurra una tragedia.
