De la redacción
El Buen Tono
Orizaba.- La seguridad en Orizaba está en crisis. A pesar de que la administración de Juan Manuel Diez Francos ha intentado militarizar la Policía Municipal con mandos provenientes de la Marina y la Aeronáutica, la delincuencia sigue avanzando sin freno.
Lo anterior debido al registro de motocicletas robadas, comercios asaltados, familias violentadas y una niña agredida sexualmente en pleno centro de la ciudad, son sólo algunos de los casos que demuestran la grave descomposición del sistema de seguridad.
En lo que va de la administración han sido cuatro los relevos en la coordinación de la Policía Municipal, lo que refleja más improvisación que estrategia. El actual encargado, Mauricio Rafael Sosa García, enfrenta una ciudad cada vez más temerosa y cansada de promesas incumplidas.
El más reciente caso ocurrió la madrugada del domingo, cuando una moto fue sustraída del domicilio ubicado en la San Carlos número 31. Sujetos a bordo de un auto blanco ejecutaron el robo en cuestión de minutos. Las cámaras de videovigilancia privada captaron el acto, y los afectados analizan las imágenes para identificar a los responsables.
Militares,
un fracaso
Durante esta gestión municipal, los cambios en la cabeza de la corporación han sido constantes, el primero en ocupar este puesto fue Francisco Arenas Jaramillo, contralmirante del cuerpo de aeronáutica naval, y quien presentó su renuncia voluntaria en mayo de 2023, tras dos años al frente.
Le siguió el capitán de Fragata, Narciso Peña Cortés, paracaidista diplomado de Estado Mayor, quien sólo duró 10 meses en el cargo, luego, el teniente de Navío, Plácido Andrés Rodríguez Domínguez, también de la Marina, fue relevado tras apenas siete meses de gestión.
Ahora, Mauricio Rafael Sosa García enfrenta el reto de una ciudad agobiada por el crimen y la violencia que no ceden.
Asaltos a familias reconocidas como los Zairick, robos a comercios del centro y el brutal ataque sexual a una niña de 11 años de edad en la ribera del río Orizaba en septiembre de 2024, frente al BiOri, demuestran que la estrategia ha fracasado.
