Sandra González
EL BUEN TONO
Orizaba, Ver.- “La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos confirma lo que desde hace años se sabía y se quiso ocultar: Hubo una grave falla del Estado y se violentó el derecho a la justicia”, afirmó el vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, al referirse al fallo relacionado con el caso de Ernestina Ascencio Rosario, una mujer indígena cuya muerte permaneció impune durante casi dos décadas.
El representante de la Iglesia sostuvo que, en un verdadero Estado de derecho, las resoluciones de los organismos internacionales deben cumplirse sin pretextos, especialmente cuando se trata de violaciones graves a derechos humanos. Subrayó que este caso se agrava por la condición indígena de la víctima, lo que evidenció prácticas de discriminación estructural y un trato institucional desigual.


