AGENCIA
Nacional.- El anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum de que la canasta básica se mantendrá en 910 pesos, tras la firma del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), parece más una estrategia de imagen que una realidad palpable para la población. Mientras las autoridades celebran la supuesta estabilidad de precios, la realidad cotidiana de millones de mexicanos señala otra cosa: la inflación continúa erosionando el poder adquisitivo y el costo de la vida se mantiene en constante ascenso.
Aunque en conferencia de prensa Sheinbaum agradeció a los comercializadores y productores por colaborar en mantener la canasta en ese precio, la verdad es que la inflación no se detiene con firmas ni acuerdos publicitarios. La declaración de que “no hay aumento en la canasta básica” choca con los hechos: los precios de muchos productos esenciales -desde alimentos hasta productos de higiene- han aumentado significativamente en los últimos meses, afectando principalmente a las familias de bajos ingresos.
Este tipo de anuncios, más enfocados en la imagen política que en la realidad, evidencian una desconexión entre las palabras oficiales y el impacto en la vida diaria de la población. La economía popular no se beneficia solo con declaraciones, sino con políticas reales que controlen los precios, regulen la especulación y mejoren los ingresos de las familias mexicanas.
La firma del Pacic y la supuesta estabilidad de precios parecen ser solo un acto simbólico, mientras que la inflación sigue devorando el salario y la economía de quienes más lo necesitan. La ciudadanía requiere acciones concretas, no solo discursos y firmas, para que realmente exista un alivio en el costo de la vida y se garantice el acceso a una alimentación digna sin tener que gastar más de lo que se puede pagar.
Es momento de que las autoridades dejen de vender espejismos y enfrenten de manera efectiva la problemática de la carestía, que golpea duramente a la economía familiar y pone en riesgo el bienestar de millones de mexicanos.


