DE LA REDACCIÓN
EL BUEN TONO
XALAPA.- En un país donde la evasión suele ser el camino más fácil para la clase política ante una crisis, la postura de la gobernadora Rocío Nahle García, destaca por ser frontal.
Ante el ruido mediático la mandataria veracruzana fue clara: Yo soy la gobernadora y voy a dar la cara siempre, siempre.
Puede gustar o no su tono. Puede incomodar su estilo directo. Pero no deja lugar a dudas sobre su posición como autoridad: rendición de cuentas constante, sin rodeos, sin esquivar los temas incómodos.
Rocío Nahle no minimiza la violencia. La reconoce y actúa coordinada con las instituciones, encargadas de procurar justicia y aplicar todo el peso de la ley.
Al mismo tiempo, Nahle contextualiza y a Veracruz le pone cifras: apenas tres homicidios dolosos durante el fin de semana en un estado de más de 8 millones de habitantes.
Un sólo caso en Veracruz de 48 que hubo en todo el país el domingo. Y claro que lo ideal sería tener cero casos.
La seguridad es una prioridad para su gobierno, frente a años de cifras desbordadas,
Y sí, en esa delgada línea se está escribiendo hoy la narrativa en Veracruz.
La gobernadora también lanza un mensaje claro a los medios de comunicación: respeto absoluto a su trabajo, sin censura, sin indicaciones. “Yo no voy a decirles a ustedes cómo hagan su trabajo”, afirmó tajante.
Mencionó el “nado sincronizado” de medios nacionales: esa coreografía de opiniones que aparece cuando conviene golpear políticamente. Y frente a eso, volvió a reiterar el trabajo que se realiza de manera diaria.
“Trabajo todos los días, yo sí sé lo que estoy haciendo aquí, porque me asumo como gobernadora de todos los veracruzanos”, dijo con firmeza.
Si algo queda claro es que Rocío Nahle ha asumido el liderazgo de Veracruz con la convicción de que gobernar no es esconderse detrás de los comunicados ni usar portavoces para enfrentar lo incómodo. Gobernar —según su propio estilo— es dar la cara.
Y lo hace de frente, con firmeza y con trabajo.
Una gobernadora de territorio y no de escritorio.
