De la Redacción
El Buen Tono
Orizaba.- Mientras las autoridades de Orizaba intentan ocultar una falla en la Atalaya de Cristal, en el Cerro del Borrego, la estructura sigue recibiendo visitantes, a pesar de los evidentes riesgos que representa una capa de vidrio estrellada.
Lejos de reconocer públicamente el desperfecto, el ayuntamiento desplegó una campaña en redes sociales que rozó lo absurdo: videos con influencers locales en donde se ven a visitantes realizando retos inspirados en el “Juego del Calamar”, e incluso contenido sospechosamente generado con Inteligencia Artificial. Todo para simular normalidad y mantener en pie la narrativa de un atractivo “seguro”, sin mencionar el más mínimo riesgo. Pero la realidad no se puede esconder detrás de filtros y efectos. El área dañada está acordonada con cinta amarilla y cubierta con cartón para “avisar” del daño, mientras el mirador permanece abierto al público. La prioridad, más que la seguridad, parece ser la recaudación.
Una visitante relató que el vidrio comenzó a agrietarse mientras estaba sobre la estructura, generando pánico. A más de 300 metros de altura, un fallo estructural no es un simple susto, esto puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Expertos advierten que este tipo de pasarelas, aunque construidas con materiales reforzados, no son inmunes. Cualquier fisura, por pequeña que sea, debe atenderse de inmediato. Ignorarla es jugar con la vida de los visitantes.
Mientras tanto, el ayuntamiento opta por el show y la negación, antes que por la responsabilidad y la transparencia, que no conocen.
