Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- La corrupción en la Coordinación Municipal del Deporte (Comude) sigue brotando sin freno. Rosalío Martínez Armillas, responsable del área, se ha negado a transparentar los convenios de los equipos que entrenan en el gimnasio Unidad y Trabajo de San José, encubriendo los manejos oscuros que se gestan bajo el mando del alcalde Juan Martínez Flores. El silencio oficial evidencia una estrategia para ocultar arreglos irregulares, favoritismo familiar y el uso discrecional de espacios públicos al margen de la ley.
Mediante una solicitud de acceso a la información dirigida a la Dirección de Educación, Cultura y Deporte, a cargo de Flavio Heredia Quiroz, se exigió la entrega de documentos que acrediten los permisos otorgados por el Ayuntamiento o por Comude a los equipos que utilizan dichas instalaciones. La respuesta fue limitada y evasiva.
El titular de Comude envió únicamente un listado con los nombres de diez grupos deportivos —de básquetbol, Cachibol y voleibol— que entrenan en ese recinto, acompañado de simples responsivas donde los entrenadores se deslindan de cualquier incidente que pudiera ocurrir. Sin embargo, no se anexó ningún contrato que formalice legalmente el uso del inmueble.
Información recabada por este medio revela que no existen convenios firmados: todo se acuerda verbalmente con Jessica Martínez, hija del presidente municipal, y Rogelio Morales Zamudio, yerno del mismo, quienes son señalados como los verdaderos responsables de decidir quién entra y quién no a las instalaciones deportivas.
La negativa de mostrar documentos obedece, presuntamente, a que los gobiernos municipales no tienen atribuciones legales para rentar espacios públicos como gimnasios, lo cual convertiría cualquier “autorización” en una violación flagrante a la ley. Por ello, las autoridades prefieren callar antes que evidenciar los actos ilícitos que ahí se cometen.
