


De la Redacción
El Buen Tono
REGIÓN.- Mientras la Fiscalía General del Estado de Veracruz vinculó a proceso al sacerdote Mario “N” por pederastia agravada en contra de la menor Yuli “N”, los obispos de las diócesis de Córdoba y Orizaba han permanecido en un silencio cómplice que ha indignado a la sociedad.
Los abusos ocurrieron entre 2020 y 2024, cuando el presbítero daba servicio en iglesias de Tierra Blanca y Cuitláhuac, bajo la supervisión directa de los obispos Eduardo Cirilo Carmona Ortega, de Córdoba, y Francisco Eduardo Cervantes Merino, de Orizaba.
A pesar de la gravedad del delito, ninguno ha emitido su pronunciamiento público, condena ni apoyo a la víctima, priorizando la protección de la imagen institucional sobre la justicia.
Ciudadanos y feligreses se manifestaron frente a la Diócesis de Córdoba, exigiendo que la Iglesia asuma su responsabilidad moral y deje de encubrir a quienes cometen delitos contra menores.
EXIGEN JUSTICIA
Familiares de Yuli protestaron frente a las oficinas del Obispado de la Diócesis de Córdoba.
Los manifestantes exigieron justicia y expresaron su temor de que las autoridades eclesiásticas interfieran en el proceso legal, luego de que se cambiara inesperadamente la fecha de la primera audiencia del acusado, quien se encuentra recluido en el penal de mediana seguridad de La Toma.
Mientras las investigaciones avanzan, la sociedad exige transparencia y acciones contundentes contra los responsables, en un caso que ha conmocionado a la comunidad religiosa y civil de la región.


