

Durante décadas, los políticos corruptos se han aprovechado de la miseria y la ignorancia de los habitantes de las zonas serranas para hacer negocios y sacar jugosas ganancias.
Es el caso de Juan Bueno Torio, quien hace años, siendo senador, gestionó 20 millones de pesos para una obra de agua en Atlahuilco, que al final se construyó con materiales y trazos deficientes, ocasionando que trabajara de manera deficiente y nunca beneficiara realmente a aquella población.
Dicen los que saben, que la obra en cuestión no pudo haber costado más de 10 millones de pesos. ¿Por qué se facturaron entonces muchos millones de más? ¡La respuesta es obvia!
