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Someten a los manifestantes

Superiberia

Ixtaczoquitlán.- Con la Fuerza Pública retiran a manifestantes de Soledad Atzompa, que mantenían bloqueadas las dos entradas de la empresa Sabritas, en el corredor industrial de este municipio.

Debido al despido injustificado de una trabajadora de esa empresa, ayer por la mañana unos 200 hombres y mujeres del mencionado municipio, decidieron bloquear las entradas de la factoría y dialogar con directivos de la empresa, para acordar una liquidación justa.

Cerca de las 09:00 horas de ayer, los integrantes de la Organización Mexicana “Hablemos con las Autoridades”, liderada por Rafael Hernández, luego de dos intentos de diálogo desde el pasado sábado, decidieron bloquear y buscar una negociación justa con la empresa, pero fueron sorprendidos por un grupo de 200 granaderos, que cercaron las dos entradas de la fábrica, la primera en la avenida San Juan y la otra en el bulevar Fernando Gutiérrez Barrios, por la carretera federal que comunica a Ixtaczoquitlán con Fortín de las Flores y Córdoba.

Ahí, un primer intento de desalojo se dio cerca de las 10:00 horas, donde los granaderos de la Fuerza Civil lograron intervenir a unas 10 personas, entre ellos al dirigente de la agrupación, según versiones de los manifestantes. Aunque los elementos no pudieron quitar a todos los que protestaban.

Un segundo intento de desalojo se dio cerca de las 13:00 horas, donde los grupos de Seguridad acortaron la distancia sobre la calle San Juan, donde tenían el punto de reunión los quejosos, quienes al verse superados decidieron esconderse en negocios cercanos, donde se resguardaron más de 20 hombres.

LOS POLICÍAS

CAUSAN PÁNICO

Tres amas de casa de la avenida San Juan de Escamela, vecinas de la empresa Sabritas, fueron presas de crisis nerviosa y sufrieron desmayos al presenciar el desalojo que hicieron los granaderos, “el cual fue sin la sensibilidad y el diálogo necesario”, dijeron habitantes que presenciaron la trifulca.

Una de las mujeres, Saraí Méndez, quien tiene un puesto de venta, al momento del primer encuentro de los quejosos con los gendarmes fue jaloneada y arrastrada, quedando con crisis nerviosa; su hermana, al salir en su ayuda, de igual manera fue alcanzada y jaloneada por los policías, quienes las confundieron con los activistas.

Por su parte, Amalia Ramírez, otra de las vecinas, al observar la pelea de los grupos desde su casa, enfrente del primer ataque, quedó impresionada al ver a un hombre ensangrentado, por lo que su familia tuvo que brindarle los primeros auxilios.

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