Efraín Hernández
El Buen Tono
FORTÍN, Ver.- A cien días de que finalice su gestión, el presidente municipal de Fortín, Gerardo Rosales Victoria, ordenó cubrir los baches con tierra, escombros y restos de adoquines, evidenciando el colapso operativo de su administración. En el acceso por el arco de Shangri-La, uno de los puntos más transitados para quienes se desplazan entre Córdoba y Fortín, persiste un escenario de desorden vehicular, deterioro vial y falta de respuesta institucional.
La Dirección de Obras Públicas, bajo el mando de Enrique Gaspar Falcón, recurre a materiales improvisados en lugar de aplicar soluciones definitivas. El uso de tierra suelta y piedras como “relleno” representa un riesgo permanente para conductores y motociclistas, además de generar lodo e inundaciones tras cada lluvia.
Miles de trabajadores, estudiantes y habitantes que cruzan diariamente esta zona enfrentan un panorama de abandono y peligro. La molestia entre la población crece al ver cómo la autoridad municipal simula atender los desperfectos con métodos ineficaces, lejos de una rehabilitación real.
El enojo de la ciudadanía se ha intensificado desde los resultados de la pasada elección, donde Morena y su candidato fueron rechazados en las urnas. Tras la derrota, el alcalde ha dejado entrever una actitud de desinterés y frustración, como si el resultado electoral le hubiera quitado el mínimo compromiso con la población.
