EL BUEN TONO
Ciudad de México, 17 de diciembre de 2025.— La inconformidad entre organizaciones campesinas y del sector transportista escaló este martes en las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación (Segob), luego de que se retrasara el inicio de una mesa de diálogo programada con funcionarios federales, debido a desacuerdos sobre el número de representantes que podrían ingresar a la reunión.
Desde tempranas horas, gritos y reclamos comenzaron a escucharse al exterior del inmueble, cuando autoridades de Segob plantearon que únicamente 15 representantes ingresaran a la mesa de negociación. La propuesta fue rechazada por las organizaciones, que exigieron la entrada de todos sus delegados, cuyo número supera los 20, argumentando que se trata de un movimiento amplio y que limitar el acceso representa una exclusión de voces clave.
Los manifestantes acusaron falta de sensibilidad y voluntad política por parte de los funcionarios federales, señalando que la reducción de asistentes busca diluir o minimizar la fuerza de sus demandas, entre las que destacan apoyos al campo, mejores condiciones para el transporte, revisión de tarifas, combate a los abusos de autoridad y garantías de seguridad en carreteras.
El retraso en la mesa incrementó la tensión, obligando a personal de Gobernación a intervenir para evitar que la protesta escalara. Aunque no se registraron incidentes mayores, el ambiente se mantuvo ríspido y marcado por consignas contra lo que los inconformes calificaron como una política de “oídos sordos” hacia el sector productivo.
Hasta el cierre de esta edición, las negociaciones permanecían entrampadas, sin un acuerdo claro sobre el formato de la reunión. No obstante, líderes de las organizaciones advirtieron que, de no existir apertura real al diálogo, podrían intensificarse las movilizaciones en distintos puntos del país en los próximos días.
El conflicto vuelve a poner sobre la mesa el desgaste en la relación entre el gobierno federal y sectores estratégicos como el campo y el transporte, cuyos representantes insisten en que las mesas de diálogo deben ser espacios reales de solución y no simples actos protocolarios.
La pregunta queda abierta para la opinión pública:
¿Apoya usted las demandas de los campesinos y transportistas?
