De la redacción
El Buen Tono
Durante la noche del 11 de noviembre, una intensa tormenta geomagnética sacudió la atmósfera terrestre tras la eyección de masa coronal expulsada por el Sol. Pese a la magnitud del fenómeno, México no registró afectaciones graves, confirmó el Servicio de Clima Espacial México (SCIESMEX) de la UNAM.
Uno de los efectos más llamativos apareció en el cielo del norte del país, donde habitantes de Baja California, Sonora, Nuevo León y Chihuahua compartieron el inusual avistamiento de auroras boreales. Juan Américo González Esparza, responsable del SCIESMEX, explicó que estas luces se producen cuando partículas solares interactúan con la atmósfera terrestre, un evento poco común en territorio mexicano.
El especialista recordó que este tipo de tormentas puede impactar sistemas tecnológicos esenciales, como satélites, telecomunicaciones, GPS, navegación aérea y redes eléctricas, razón por la cual la UNAM mantiene un monitoreo constante del clima espacial mediante el SCIESMEX.
Desde 2014, la Ley General de Protección Civil contempla la emisión de alertas por tormentas geomagnéticas, resultado del trabajo coordinado entre SCIESMEX, Cenapred y la Coordinación Nacional de Protección Civil, reforzando la vigilancia frente a fenómenos solares que puedan representar riesgos para el país.


