

Acatlán de Pérez.- La tarde de ayer fue localizado el cuerpo sin vida del joven que fue reportado como desaparecido desde el día lunes 21 de mayo por su padre Javier González Martínez de 51 años.
Fue encontrado tirado en un arenal de la comunidad de Tetela, presentaba huellas de tortura y varios impactos de bala de grueso calibre en cuello y cuerpo, Ministerio Público y policías municipales dieron fe del hallazgo.
El cuerpo putrefacto del joven fue localizado alrededor del medio día de ayer por unas personas que caminaban por el lugar, quienes percibieron el aroma fétido que despedía el cuerpo, pensando que se trataba de algún animal se acercaron al montón de zacate que estaba tirado cerca del arenal, fue cuando se percataron de que por los lados salían extremidades de una persona.
Asustados corrieron para dar aviso a las autoridades del pueblo quienes a su vez alertaron a la Policía Municipal para que fueran a tomar conocimiento del macabro hallazgo.
Policías de la Agencia Estatal de Investigaciones del Grupo Acatlán acudieron a la propiedad de Virginia Amador Valdivia, lugar donde estaba tirado el cuerpo, el cual presentaba signos de tortura y varios impactos de bala, de los cuales fueron encontrados cuatro casquillos percutidos de calibre 9 mm.
Personas que sabían de la desaparición de Jesús González Quevedo de 21 años de edad, con domicilio en Tetela, municipio de Acatlán de Pérez, dieron aviso a la familia para que fueran a ver si se trataba del joven, acudiendo al sitio Ángela Vargas González, abuela del finado, quien lo identificó como el joven campesino que se encontraba desaparecido desde el día lunes.
El cuerpo fue trasladado al anfiteatro del panteón municipal de Vicente Camalote, Oaxaca, donde fue depositado, esperando a que llegaran los peritos especialistas en la materia para realizar la necropsia de ley, posteriormente sería entregado a sus familiares y llevarlo a su domicilio para darle cristiana sepultura.
La policía de la AEI abrió una línea de investigación por el crimen de Jesús, mismo que podría tratarse de una venganza ya que el joven según su padre, era muy noviero y podría tratarse de alguna venganza pasional.
Ricardo González Landeta llegó al anfiteatro del panteón municipal donde estaba el cuerpo de su nieto, cabizbajo y dolido del alma sólo se le escuchó decir “Hijo, por consejos no paraste”, dándose la vuelta y volviendo en sus pasos triste por la pérdida de su nieto, quien dijo era el que manejaba su rancho y ahora estaba muerto, todo por no pensar.
Julio Valdivia
El Buen Tono
