

De la redacción
El Buen Tono
Totutla, Ver. -Los cargos públicos parecen heredarse como si fueran parte del árbol familiar. La alcaldesa Nora Acosta Gamboa ha colocado a varios de sus parientes en el ayuntamiento: su yerno Jesús Hernández Reyes es director de Obras Públicas, gana más de 26 mil pesos al mes y recibe contratos de herrería del municipio. Su cuñado, Carlos Hernández, también fue acomodado como director de Atención Básica en Fisioterapia, un puesto que pocos conocían y que muchos consideran innecesario.
A estos casos se suma la hija de la alcaldesa, Monserrat Rincón, quien ahora busca ser síndica. Todo indica que en Totutla los puestos no se ganan por capacidad, sino por lazos de sangre. La regidora Elizabeth Cuatoche, lejos de cuestionar estos nombramientos, los ha respaldado sin objeciones, mostrando una preocupante falta de compromiso con la transparencia.
Mientras los ciudadanos esperan un gobierno justo y transparente, los errores como promocionar al candidato “Alfredro López” solo aumentan la desconfianza. En Totutla, lo importante no es el mérito, sino apellidarse Acosta.

