

En redes sociales existe la venta clandestina de tarjetas del Metro y Metrobús de la Ciudad de México, las cuales se entregan recargadas con el saldo máximo y a un precio inferior al que costarían en taquilla.
El origen de estos plásticos es desconocido pese a que su venta representan un fraude para los sistemas de transporte capitalino. Sin embargo, hombres como mujeres se dedican a venderlos a diestra y siniestra en grupos de mercadeo y mediante publicaciones de venta.
