De la redacción
El Buen Tono
El descarrilamiento del Tren Interoceánico ocurrido el 28 de diciembre, que dejó 13 personas muertas y casi 100 heridas, apunta a un posible exceso de velocidad como causa principal del accidente. Según fuentes cercanas a la investigación, el registrador electrónico de movimientos del tren, similar a una caja negra, permitió determinar que la unidad ferroviaria circulaba a más de 60 kilómetros por hora en tramos donde el límite era de 50 km/h.
Hasta ahora, se han descartado otras hipótesis, como el sabotaje, mientras que la versión del exceso de velocidad se mantiene como la más fuerte. Se confirmó que el tren estaba operado por personal experimentado del sindicato de ferrocarrileros.
La Fiscalía General de la República (FGR) informó que ya concluyeron las necropsias de las 13 víctimas, y que las investigaciones se realizan en coordinación con autoridades estatales y federales, además de brindar atención a los familiares de los afectados.
Este accidente no es aislado: en el primer semestre de 2025, el Tren Interoceánico sufrió otros dos incidentes atribuidos por las autoridades al estado de la vía. Según la Normativa NOM-004-ARTF-2020, los siniestros ferroviarios pueden derivar de infraestructura en mal estado, fallas mecánicas o eléctricas, factores humanos o eventos naturales.
Cabe destacar que los trabajos de mantenimiento en la “Línea Z”, donde ocurrió el accidente, aún no se habían concluido al momento del descarrilamiento, situación que ha generado cuestionamientos sobre la seguridad de la infraestructura. Pese a esto, la venta de boletos para la ruta Chívela–Coatzacoalcos sigue abierta, con precios de 358 pesos en clase turista y 476 en ejecutiva, para el viaje del 31 de diciembre a las 9:30 de la mañana.


