

Agencias
Texas.- Una desgarradora escena se vivió afuera de la Corte de San Antonio, Texas, cuando agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) detuvieron a Érika Quiroz, una mujer hondureña que acababa de salir de una cita legal. Al ser informada de su arresto, la madre entró en estado de shock, rompió en llanto y sufrió una aparente crisis de ansiedad.
En medio del caos, su hijo menor —cuya identidad no ha sido revelada— intentó calmarla entre lágrimas: “Tranquila, mamá, tranquila… Aquí estoy yo”, se escucha decir en un video que rápidamente se viralizó en redes sociales. El menor la abrazó con fuerza mientras ella, sentada en el pavimento, pedía ayuda y rogaba por su vida entre sollozos: “No me quiero morir”, repetía.
A pesar de la evidente crisis emocional de la mujer, los agentes de ICE no solicitaron atención médica ni brindaron apoyo psicológico. Fue una reportera quien, al presenciar la escena, se acercó para ofrecerle agua.
Este operativo forma parte de una estrategia intensiva de deportaciones impulsada en Texas, donde se han instalado retenes afuera de cortes para detener a personas indocumentadas con antecedentes o procesos previos de deportación. Según las nuevas metas migratorias del gobierno estadounidense, se busca deportar a 3,000 personas diariamente.
La escena ha generado una fuerte ola de indignación entre activistas pro migrantes, quienes denuncian la falta de humanidad y protocolos de contención emocional en este tipo de operativos.
