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Tren Interoceánico: ¿Qué es el balasto? Las “piedras” que, si fallan, pueden causar una tragedia ferroviaria

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Agencias

Ciudad de México.— A simple vista parecen solo piedras amontonadas bajo los rieles, un elemento menor dentro de la infraestructura ferroviaria. Sin embargo, especialistas advierten que el balasto —la capa de rocas que sostiene las vías del tren— es un componente crítico cuya mala calidad o incorrecta colocación puede derivar en accidentes fatales, como descarrilamientos.

Ingenieros civiles y expertos en vías férreas señalan que un balasto fuera de norma es el “ingrediente perfecto” para provocar fallas estructurales graves. La advertencia cobra especial relevancia tras el reciente descarrilamiento del Tren Interoceánico, que dejó víctimas mortales y ha abierto un debate nacional sobre la calidad de los materiales utilizados en grandes obras ferroviarias.

El balasto no es cualquier piedra

El ingeniero civil Eduardo Ramírez explicó que la función del balasto es fundamental para la estabilidad del tren. “Su tarea es soportar cargas verticales, transversales y longitudinales, evitando que los durmientes se muevan”, señaló.

Para cumplir con esta función, no puede emplearse cualquier tipo de grava. Las normas técnicas exigen rocas duras, angulares y de tamaño específico, provenientes de materiales resistentes como basalto, granito o cuarcita. Estas características permiten que las piedras se traben entre sí, generando fricción y estabilidad.

“La norma indica que debe ser piedra triturada, con tamaños que van de tres cuartos de pulgada hasta dos pulgadas. Entre más dura la piedra, mayor resistencia y menor desgaste”, detalló el especialista.

Las funciones vitales del balasto

De acuerdo con los expertos, una correcta colocación del balasto garantiza al menos siete funciones esenciales para la seguridad ferroviaria:

  • Mantener la geometría de la vía
  • Asegurar la alineación correcta de los rieles
  • Conservar el nivel adecuado
  • Dar estabilidad lateral y longitudinal al tren
  • Distribuir el peso del convoy y evitar concentraciones de carga
  • Permitir el drenaje del agua de lluvia
  • Inhibir el crecimiento de vegetación en la vía

Cualquier falla en estas funciones puede comprometer la seguridad de la operación ferroviaria.

Defectos mínimos, riesgos máximos

La Norma Oficial Mexicana NOM-003-ARTF-2019 establece que el espesor del balasto debe ser preciso, especialmente en vías de trenes de carga y pasajeros. “Debe tener al menos 20 centímetros y no exceder los 30 o 35 centímetros. Más allá de eso, la vía comienza a moverse”, advirtió Ramírez.

El riesgo de ignorar estas especificaciones es alto. Un balasto de mala calidad o con piedras redondeadas, como las de río, pierde fricción y estabilidad. “Si es de mala calidad, la vía se hunde o se desplaza. Defectos de apenas media pulgada pueden ser mortales y provocar un descarrilamiento”, subrayó.

Opacidad y exigencia de pruebas

Los especialistas señalan que todo el material debe pasar por pruebas de laboratorio antes de ser colocado. No obstante, denuncian que en obras recientes existe poca transparencia sobre el tipo de piedra utilizada.

“No tenemos información clara que garantice qué tipo de material se usó. Habrá que ver si, con la investigación del accidente, se realizan pruebas de laboratorio que esclarezcan esto”, concluyó el ingeniero.

Mientras tanto, familiares de las víctimas del descarrilamiento exigen que las autoridades investiguen a fondo las responsabilidades técnicas y administrativas, advirtiendo que detrás de lo que parecen simples piedras podría esconderse una cadena de negligencias con consecuencias irreparables.

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