De la Redacción
El Buen Tono
Fortín.- La crisis de seguridad en el municipio pone en la mira la gestión del corrupto alcalde Gerardo Rosales Victoria, a quien se acusa de una grave irresponsabilidad y de mostrar una total falta de capacidad para responder a la emergencia que padecen los fortinenses.
La noche del viernes, un solitario delincuente demostró la inoperancia de las autoridades. El sujeto burló a la policía estatal y cometió tres asaltos sucesivos en menos de sesenta minutos. Cerca de las 20:45 horas, el criminal llegó caminando a una gasolinera localizada a tan solo una cuadra del palacio municipal, en la calle 5 y avenida 1. Allí, amedrentó con un arma de fuego a una empleada y se apoderó del dinero de la caja.
Para acelerar su fuga, minutos después robó una bicicleta en las inmediaciones. Pero su afán delictivo no cesó: interceptó a un transeúnte en la calle 9 sur, cerca del restaurante Fogón y Paila, para despojarlo de sus pertenencias.
A pesar del despliegue policial que se activó, el individuo logró escapar sin ser capturado, dejando tras de sí a una comunidad consternada y a una de las víctimas, la trabajadora de la gasolinera, con una crisis nerviosa a causa del asalto. El episodio no es un hecho aislado, sino la muestra más clara de la impunidad que reina en Fortín.


