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Tristeza y dolor, por desaparecidos

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Córdoba.- Cientos de familias de la zona Centro lloran por la desaparición de algún ser querido.

      Jóvenes, adultos y hasta personas de la tercera edad, son quienes dejaron de ser vistos por sus familiares y hasta hoy nada se sabe de ellos.

En este sector de la población se encuentran 19 familias de la localidad Potrero Nuevo, en el municipio de Atoyac, quienes desde hace tres años no saben nada de sus hijos, hermanos y nietos, a quienes aún continúan buscando con la esperanza de poder hallarlos.

En el año 2013, cuando empezó la pesadilla para las familias afectadas, éstas señalaron a la Policía Estatal de haberse llevado a las víctimas, a quienes interceptaron afuera de bares y en el campo deportivo que se ubica cerca del corralón de camiones cañeros.

En el presente año, el Gobierno Estatal, a través del programa Alerta Amber, que es un mecanismo de coordinación entre los tres niveles de Gobierno, ha logrado la localización de cientos de menores de edad, en diversos municipios de la zona Centro, aunque hasta el momento ninguno de los reportados como desaparecidos en la zona de Potrero Nuevo.

Recientemente se anunció la cooperación entre este programa y la red social Facebook, para eficientizar la búsqueda de personas, como un apoyo a los familiares y a las autoridades.

RECUERDAN DESGRACIA

El pasado 2 de agosto se cumplieron tres años de la desaparición forzada de 19 personas, la mayoría jóvenes, así como una mujer de 75 años, de la localidad Potrero Nuevo, luego de que fueran presuntamente “levantados” por policías de Seguridad Pública, el mismo día en que otros seis jóvenes también desa-parecieron en la ciudad de Córdoba.

A lo largo de 36 meses, los padres de los jóvenes literalmente están desgastados de buscar, recorrer, y pedir la intervención de dependencias oficiales para buscar ayuda y no logran nada. Muchos han desistido de la búsqueda, ante su impotencia para seguir viajando a otras ciudades; otros perseveran porque desde sus hogares esperan que ocurra un milagro y algún día vuelvan a ver a sus hijos.

SIN AVANCES

De los agentes del Ministerio Público que tomaron conocimiento de las denuncias, en Paso del Macho, Atoyac y Córdoba, y de los Subprocuradores que han estado al frente de las investigaciones, nadie ha logrado avanzar.

      En su desesperación, los afectados han buscado palabras de consuelo y, al reunirse con el obispo de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, sólo han recibdo palabras de aliento, pero de la búsqueda nada se ha logrado.

Aquel 2 de agosto del año 2013, 19 personas de la Villa General Miguel Alemán, también conocida como Potrero Nuevo, fueron levantadas por presuntos policías estatales de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, quienes iban en patrullas con los números cubiertos para que no fueran identificados por los vecinos.

En el grupo de extraviados se encontraba varios menores, de 14, 16 y 17 años, una mujer de 75 años y su nieta, una joven de 20 años que estaba embarazada y que además era esposa de un policía municipal, así como también otras personas que aparentemente no tenían por qué ser detenidas.

Varios testigos vieron cuando los uniformados se llevaban a las víctimas, algunos corrieron a avisarle a sus familiares, quienes nada pudieron hacer para ayudarlos, ya que fueron amenazados e incluso encañonados con armas largas para que se retiraran, a pesar de que se trataba de mujeres con bebés en brazos.

Las personas que desaparecieron aquel 2 de agosto fueron: Carmen Arias, de 75 años y su nieta Inés Sánchez Arias, de 35 años; Blanca Paula Gutiérrez Torres, de 46 años, y su hija María Isabel Mirón Gutiérrez, de 23 años, quien estaba embarazada; Eduardo Alberto Ramos Tecalco, de 28 años, vecino de la unidad habitacional Sección 23; Ricardo Illescas Ramírez y Emma Guadalupe Pérez Arroyo, ambos de 25 años; además de Jairo Manuel Flores Donado, de 30 años; los menores Diego Jair Valerio García y Marco Antonio Fernández Flores, de 17 y 16 años; así como los hermanos Margarito y Juan Carlos Martínez Peña, de 18 y 14 años, cuya madre suspendió su búsqueda hace unos meses, cuando fue interceptada por desconocidos que la amagaron.

Desde esa fecha, las familias empezaron a hacer manifestaciones ante la Subprocuraduría    -hoy Fiscalía- Regional de Justicia, portando pancartas en las que acusaban a los policias de Seguridad Pública de haberse llevado a sus familiares. “Vivos se los llevaron y vivos los queremos”, eran las consignas que gritaban en esa ocasión hombres, mujeres y niños.

El esposo de María Isabel Mirón Gutiérrez, la mujer embarazada, que vivía en la avenida 12 de Octubre, de la colonia Buenos Aires, es un policía que al año de la desaparición les mandó a hacer una misa, en memoria de su mujer y su suegra, con la esperanza de que aparecieran.

SEIS DESAPARECIDOS EN CÓRDOBA

Además de los desaparecidos de Atoyac, en Córdoba otras seis personas desaparecieron ese mismo día y las denuncias fueron asentadas ante las autoridades.

Entre estos nuevos casos estaban dos jóvenes que habían sido sacados a la fuerza de un bar ubicado en el bulevar Córdoba-Fortín, donde incluso la novia de uno de ellos fue obligada a meterse al baño y quitarse la ropa. Luego, según la denuncia, entre manoseos de los elementos la pusieron a hacer sentadillas, para ver si no ocultaba algo entre las piernas.

Mónica García, madre del desaparecido Diego Yair Valerio García, junto con la joven que fue agredida, puso la denuncias en la agencia Séptima del Ministerio Público, donde se quedó prácticamente archivada.

Ni las movilizaciones, ni las reuniones con las autoridades ministeriales para exigir justicia, sirvieron para lograr alguna pista de las víctimas: “es más, ni siquiera la reunión con el obispo de Córdoba –Eduardo Patiño Leal- nos sirvió, porque sólo fue para recibir palabras de aliento y eso en nada ayuda al problema, porque el obispo no puede hacer nada, no puede intervenir en el asunto”, indicaron los padres de los jóvenes.

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