La tensión social y política en Estados Unidos ha alcanzado un nuevo punto crítico. El presidente Donald Trump ha ordenado el despliegue temporal de unos 700 infantes de marina en Los Ángeles, en respuesta a las protestas masivas que estallaron tras las redadas de inmigración en el sur de California.
Según el Comando Norte de Estados Unidos, el objetivo de este despliegue es proteger propiedad federal y personal, mientras se espera la llegada de más efectivos de la Guardia Nacional. Aunque por el momento no se ha invocado la Ley de Insurrección, que permitiría la intervención directa de las tropas en tareas policiales, la presencia militar ha encendido las alarmas entre sectores políticos y sociales.
El gobernador de California, Gavin Newsom, reaccionó de inmediato y prometió demandar al Gobierno federal, calificando la medida como ilegal y una provocación directa. En un mensaje publicado en X (antes Twitter), Newsom aseguró que Trump “encendió los fuegos y actuó ilegalmente para federalizar la Guardia Nacional”.
El presidente Trump fue aún más tajante. No solo defendió el despliegue, sino que apoyó públicamente la idea de arrestar a Newsom, una amenaza hecha por su zar de fronteras, Tom Homan. “A Gavin le gusta la publicidad, pero creo que sería algo genial”, declaró el mandatario, avivando aún más la polémica.
El fiscal general de California, Rob Bonta, ya presentó una demanda contra el despliegue, argumentando que la ley federal solo permite esta clase de intervención en caso de invasión o rebelión, algo que, según las autoridades estatales, no está ocurriendo.
Mientras tanto, las calles siguen siendo escenario de intensas protestas. Cientos de personas se congregaron frente a un centro de detención en el centro de Los Ángeles, con pancartas, gritos de indignación y música mexicana como forma de resistencia. Otras manifestaciones están programadas en ciudades como Nueva York, Boston, Atlanta, Chicago y San Francisco.
Para muchos, esta nueva escalada representa un preocupante giro hacia el autoritarismo. Como dijo Newsom, “la amenaza de arresto es un paso inequívoco hacia el autoritarismo”.
Estados Unidos vive momentos de gran incertidumbre. La confrontación entre el gobierno federal y el estado de California podría marcar un precedente histórico en la relación entre la Casa Blanca y los gobiernos locales.
