El expresidente Donald Trump llamó a sus bases a detener los ataques dirigidos contra su administración en torno a los archivos relacionados con Jeffrey Epstein, el financista fallecido y acusado de tráfico sexual de menores, cuyo caso se ha convertido en foco de múltiples teorías conspirativas.
La semana pasada, el Departamento de Justicia y el FBI emitieron un informe concluyente donde descartaron la existencia de una “lista de clientes” vinculados a Epstein, así como cualquier intento de chantaje a figuras públicas. Además, confirmaron que Epstein se suicidó en 2019 en una cárcel de Nueva York, desmintiendo así las especulaciones sobre un posible asesinato.
Sin embargo, la decisión de cerrar la investigación y no divulgar más información fue recibida con escepticismo y fuertes críticas por parte de sectores de la extrema derecha estadounidense, aliados de Trump. Acusaron a la fiscal general Pam Bondi y al director del FBI Kash Patel de encubrir información.
A través de su red social Truth Social, Trump defendió a Bondi y criticó a quienes atacan su labor, calificando a su administración como “perfecta” y tachando de obsesión el interés en Epstein. “Somos un solo equipo MAGA y no me gusta lo que está pasando. Tenemos una administración perfecta, la habladuría del mundo y ‘gente egoísta’ tratan de hacerle daño, todo sobre un tipo que nunca muere, Jeffrey Epstein”, escribió el republicano.
Figuras influyentes dentro del movimiento, como Alex Jones y Laura Loomer, continuaron con las críticas y teorías conspirativas, incluso pidiendo el despido de Bondi. Sin embargo, Trump pidió no malgastar energía en el tema y enfocarse en lo que él considera la verdadera causa: la supuesta “elección manipulada y robada de 2020” que le arrebató la presidencia.
Por su parte, Kash Patel calificó las teorías conspirativas como “falsas” y reiteró que el caso Epstein está cerrado.
Durante su campaña, Trump había prometido hacer públicos los archivos relacionados con Epstein, pero la reciente postura del Departamento de Justicia parece poner fin a ese capítulo, al menos oficialmente.
Este episodio pone de manifiesto la complejidad y la polarización que sigue generando el caso Epstein en la política estadounidense, donde hechos confirmados y teorías conspirativas conviven y alimentan la división entre seguidores y detractores.
