in

Trump reaviva tensión transatlántica al insistir en la anexión de Groenlandia

PUBLICIDAD publicidad PUBLICIDAD

AGENCIA

Internacional.- Las tensiones entre Estados Unidos y Europa vuelven a escalar ante la insistencia del presidente estadounidense, Donald Trump, en su ambición de anexionarse Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca. Lejos de tratarse de una provocación aislada, la Casa Blanca ha dado un nuevo paso al nombrar al gobernador de Luisiana, Jeff Landry, como enviado especial con la misión explícita de convertir a la isla en “parte de Estados Unidos”.

El anuncio, realizado por Trump a través de su red Truth Social, confirma una línea de política exterior que analistas internacionales han calificado como “depredadora” y que pone en entredicho principios básicos entre aliados, como la inviolabilidad de las fronteras nacionales. Groenlandia forma parte del Reino de Dinamarca, país miembro de la OTAN y socio estratégico de Washington.

“Jeff entiende lo esencial que es Groenlandia para nuestra seguridad nacional”, escribió Trump, al tiempo que aseguró que el funcionario impulsará los intereses estadounidenses “por la seguridad y supervivencia de nuestros aliados y del mundo”. Posteriormente, Landry confirmó en la red X que desempeñará este “cargo voluntario” sin dejar su puesto como gobernador y reiteró que su objetivo es la anexión del territorio.

La reacción europea no se hizo esperar. A través de un portavoz de Asuntos Exteriores, la Unión Europea subrayó que “la soberanía de Dinamarca y la inviolabilidad de sus fronteras son esenciales para la Unión”. En la misma línea, el ministro danés de Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, exigió a Washington respeto a la integridad territorial del Reino de Dinamarca y advirtió que el interés estadounidense por Groenlandia no puede imponerse por encima del derecho internacional.

Este nuevo choque se produce poco después de la publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en la que se advierte que Europa enfrenta “la desaparición de su civilización” y se plantea incluso la posibilidad de interferir en asuntos internos de países aliados para respaldar a sectores ultraconservadores.

Trump ha reiterado en meses recientes su interés por Groenlandia bajo el argumento de la seguridad nacional, dentro de un discurso expansionista que también ha incluido a Canadá y al canal de Panamá. Incluso, a inicios de año, no descartó el uso de la fuerza para lograr la anexión de la isla, habitada por unos 57 mil habitantes y estratégica para la navegación en el Ártico.

De acuerdo con información publicada por The Washington Post, la Casa Blanca llegó a analizar los costos de adquirir y administrar Groenlandia, así como los beneficios económicos derivados de la explotación de sus recursos naturales, particularmente minerales.

Tanto las autoridades de Groenlandia, que cuenta con derecho de autodeterminación desde 2009, como el gobierno danés y la Unión Europea han rechazado de forma categórica las pretensiones de Trump. No obstante, han reiterado su disposición a cooperar en la defensa del territorio, donde existe una base militar estadounidense establecida desde hace más de siete décadas mediante un acuerdo bilateral.

El episodio deja al descubierto un deterioro en la relación transatlántica y plantea un nuevo desafío para la estabilidad entre aliados históricos, en un contexto global marcado por disputas geopolíticas y el debilitamiento del consenso internacional.

CANAL OFICIAL PUBLICIDAD

Motociclista sufre accidente frente a la ex caseta de Fortín

Choque por alcance provoca cierre parcial en la autopista Orizaba-Puebla