ADRIANA ESTRADA
EL BUEN TONO
Orizaba.- La Unidad Municipal de Animales (UMA) de Orizaba enfrenta críticas por su actuación en la colonia Lourdes, donde retiró a un perro conocido como “Negro”, cuidado por vecinos durante seis meses.
El animal fue llevado tras un incidente menor: en defensa propia, jaló el pantalón de un joven que lo agredió. Una vecina, acompañada por otras tres personas, solicitó la intervención de la UMA, exigiendo su sacrificio.
Testigos indicaron que la denunciante actuó de forma agresiva, incluso gritando a policías presentes que quería que mataran al perro de inmediato, lo que generó cuestionamientos sobre la rapidez con la que se respondió a su llamado.
Vecinos señalaron que la misma persona había reportado previamente a otro perro, un golden retriever, que también fue retirado pese a no representar peligro. Activistas y residentes destacan que estas denuncias parecen motivadas por conflictos personales y antecedentes de maltrato.
La comunidad cuestiona la falta de alternativas, como la reubicación o adopción, especialmente cuando ya existe una persona dispuesta a ofrecerle un hogar definitivo a Negro.
Durante el operativo, se registró que personal de la UMA y policías minimizaron la intervención de un vecino de la tercera edad que intentó defender al perro, evidenciando una falta de sensibilidad y transparencia.
Especialistas en protección animal señalan que el sacrificio rápido de perros callejeros es una práctica que debe revisarse, ya que existen métodos más humanos y efectivos para el manejo de la fauna urbana, como programas de esterilización, reubicación y campañas de adopción. El caso de Negro se suma a una serie de situaciones que reflejan la escasa atención del gobierno municipal al bienestar animal.
Vecinos y activistas señalan que incluso animales que viven junto al río Orizaba permanecen en condiciones precarias, algunos enfermos o desnutridos, sin recibir apoyo de la autoridad local.
El alcalde Juan Manuel Díez Francos, a pocas semanas de concluir su mandato, ha sido criticado por no poner orden en la UMA y por mostrar un interés limitado en la protección de los animales en la ciudad. La comunidad considera que esta indiferencia institucional contribuye a la falta de políticas claras y programas efectivos para garantizar el cuidado y la seguridad de los animales urbanos.


