


Efraín Hernández
EL BUEN TONO
Fortín, Ver.- La Comisión de Agua y Saneamiento de Fortín (CASF), bajo la complacencia del alcalde Gerardo Rosales Victoria, mantiene en el abandono total a cientos de familias de la colonia Santa Leticia, quienes desde hace cuatro días no tienen ni una gota de agua en sus hogares.
La desesperación crece entre los habitantes, pero lo que más indigna es el descaro con el que operan tanto la dependencia como el gobierno municipal: No han emitido ni un solo comunicado oficial, no han enviado pipas y mucho menos han dado solución al problema. Eso sí, cuando se trata de cobrar con tarifas infladas y amenazar con cortes por falta de pago, actúan de inmediato y con mano dura.
Vecinos afectados señalaron que, de manera informal, un trabajador de la CASF les comentó que se había reventado un ducto, lo que supuestamente provocó el desabasto, pero no dio explicación técnica, ni fechas, ni mucho menos un plan para reanudar el suministro. En resumen, puro pretexto y nula responsabilidad.
“El colmo es que nos traten como si no mereciéramos ni una explicación. Ya nos cansamos de pagar caro por un servicio que ni siquiera nos dan”, reprochó una vecina molesta.
Los reclamos van en aumento y no es para menos. La CASF se ha convertido en una oficina inútil, ausente, dedicada solo a recaudar dinero pero incapaz de responder ante emergencias. El silencio de su titular refleja no solo falta de compromiso, sino un desprecio absoluto por la ciudadanía. Y el Alcalde, como de costumbre, mira para otro lado.

