El lunes 10 de marzo, un accidente en la carretera Mitla-Tehuantepec, en Oaxaca, cambió por completo la vida de Vicente Pineda, quien perdió en un instante a su esposa, sus dos hijos y su madre en un trágico suceso que ha conmovido a toda la comunidad. La familia regresaba de la Ciudad de México, donde había asistido a un mitin convocado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
La última conversación de Vicente con su esposa, Eloyda Soto, ocurrió horas antes del fatal accidente. En esa llamada, Eloyda le comentó que el autobús en el que viajaban presentaba algunas fallas, pero le aseguraron que ya estaban siendo atendidas. Confiado en que la situación se solucionaría rápidamente, Vicente nunca imaginó que esa sería una de las últimas veces que escucharía su voz.
A las 9:00 de la mañana, la llamada de su esposa se cortó de manera abrupta, y aunque intentó comunicarse nuevamente, no logró obtener respuesta. Desesperado por saber más, Vicente contactó a “Chepe” Pedro Vladimir, líder de la organización FUCO, con la que su familia viajaba hacia la Ciudad de México para asistir a la asamblea informativa convocada por la presidenta Sheinbaum. Fue entonces cuando comenzó a recibir las primeras noticias sobre el accidente, aunque en ese momento aún no tenía detalles sobre el paradero de sus seres queridos.
Horas de incertidumbre pasaron, hasta que finalmente, a las 5:00 de la tarde, Vicente recibió la devastadora confirmación: su familia había perdido la vida en el accidente. La esperanza de que se encontraran con vida se desvaneció en un instante, y la tragedia tocó su puerta con una fuerza imparable.
El autobús en el que viajaba la familia de Vicente transportaba a 42 personas, de las cuales 18 perdieron la vida y 8 más se encuentran hospitalizadas. Los pasajeros regresaban de una movilización organizada por el senador morenista Antonino Morales Toledo, en la que miles de personas se reunieron en el Zócalo capitalino para escuchar a la presidenta Claudia Sheinbaum.
A pesar de la magnitud de su dolor, Vicente no busca culpables. “Fue un accidente, lo comprendo”, dijo con una resignación profunda, dejando entrever la gran fortaleza con la que enfrenta la pérdida. La tragedia ha dejado un vacío irremplazable en su vida y, al mismo tiempo, ha puesto en evidencia la urgencia de mejorar las medidas de seguridad en las carreteras de Oaxaca.
Esta desgarradora historia nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento con quienes más amamos. Mientras Vicente enfrenta su duelo, su historia resuena en la conciencia colectiva, instando a la reflexión sobre la seguridad vial y la protección de quienes transitan por nuestras carreteras.
