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VIDAS EN RIESGO

Superiberia

Por: Andrés Timoteo / columnista

VIDAS EN RIESGO

 Otra muestra de ese mal humor social se dio el viernes pasado cuando por enésima ocasión decenas de padres de niños enfermos de cáncer bloquearon por varias horas la calle Juan de la Luz Enríquez en Jalapa, frente a Palacio de Gobierno, reclamando los fármacos faltantes para las sesiones de quimioterapia y tratamientos complementarios. Antes, el miércoles de la semana anterior, también habían realizado otra manifestación por la misma causa.

En aquella ocasión les anunciaron que el viernes 10 de enero tendrían un lote medicamentos faltantes ya que solo era cuestión de que arribará un embarque retenido en Brasil, pero se llegó la fecha y las medicinas no llegaron. Pasó una semana más y tampoco las hubo.  Todo fue mentira, por eso nuevamente los angustiados padres volvieron a las calles.

 Pero si la semana antepasada los habían engañado, el viernes de plano les cerraron las puertas de Palacio de Gobierno. No hubo funcionario de primer nivel que los atendiera, aunque no es cuestión de voluntarismo de los servidores públicos sino de la obligación constitucional para garantizar la salud de las personas, sobre todo de los niños.

 Los padres de los pequeños enfermos que enfrentan un riesgo de muerte -algunos ya han recaído, según denuncian- están en su derecho de protestar y cerrar cuantas vialidades sean necesarias para hacerse oír, y la sociedad en general los debe respaldar. No se puede ser indolente ante la tragedia que atraviesan esos niños cuya sobrevivencia está en entredicho por la indolencia e irresponsabilidad de los funcionarios estatales y federales.

 La situación que describen los mismos padres de familia es caótica pues tanto en el Centro Estatal de Cancerología (Cecan) en Jalapa como en el Hospital Regional de Veracruz – también se sabe del desabasto en el Hospital Regional de Río Blanco-, además de la falta de fórmulas para las quimioterapias también se carece de las medicinas básicas y material de curación.

 No hay ni paracetamol ni jeringuillas y ni siquiera gel antibacterial. Algunos pequeños por su tratamiento tienen el sistema inmunológico muy deprimido y cualquier bacteria les puede ocasionar una infección severa. Pues ni eso cuidan en el sector salud. El agregado son los malos tratos del personal directivo.

INDOLENTES Y HOLGAZANES

¿Y qué dicen los representantes populares? Nada, los diputados locales guardan un silencio criminal. La presidenta de la Comisión de Salud, Andrea prefiere mirar a otro lado que atender el drama de los niños con cáncer. ¿Saben que es lo más reciente que pidió desde la tribuna parlamentaria? Un “anteproyecto de ley” para dejar de contaminar y evitar incendios como el de Australia y sucedido en la Amazonía. Ver para creer.

 Por cierto, la diputada Yunes junto con los morenistas Virginia Tadeo Ríos y Juan Manuel Pozos Castro están considerados como los diputados más perezosos de la 64 legislatura pues no generan iniciativas ni debaten ni hacen nada, según un reportaje del diario digital La Silla Rota. Es más, Andrea Yunes también está considerada entre los diputados más faltistas -del tal palo, tal la astilla porque su papá, Héctor Yunes también está en los primeros lugares de la lista de legisladores federales holgazanes y estuvo en esta misma clasificación cuando despachó en el Senado-.

 Ella ocupa el cuarto lugar después de los panistas Rodrigo García Escalante, Ricardo Serna Barajas y Enrique Cambranis Torres. Los otros flojonazos que están debajo son también panistas: Sergio Hernández, Bigen Rementería, María Josefina Gamboa y Nora Jessica Lagunes. Estos señores son los más faltistas, no desquitan lo que se les paga del erario. En fin, el epítome sobre la postura de los diputados locales para con la situación de los niños con cáncer es igual al de los funcionarios del Gobierno estatal: indolencia, desidia y mezquindad.

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