

AGENCIA
Guadalajara, Jalisco.- La diputada local de Morena, Itzul Barrera, quedó en el centro de la controversia tras negarse a responder a los cuestionamientos sobre el comportamiento en redes sociales de su asesora y colaboradora cercana, Melissa Cornejo, quien desató un escándalo con declaraciones groseras y radicales contra autoridades migratorias de Estados Unidos.
Al ser abordada por la prensa al término de la sesión en el Congreso local, Barrera minimizó el tema con una evasiva: “Son las cinco de la tarde y estamos saliendo de la sesión, tenemos aquí ocho horas”, declaró con evidente molestia, evitando responder sobre la actitud de Cornejo, actual Congresista Nacional de Morena y parte de su equipo legislativo.
El escándalo se originó tras un tuit publicado por Cornejo en el que, apoyando una protesta contra la agencia ICE en Los Ángeles, escribió: “’Van a quitar visas a quienes compart…’ Viva la raza y métanse mi visa por el culo”. El mensaje fue considerado una falta de respeto a las instituciones estadounidenses, y generó indignación incluso entre miembros del propio partido.
A pesar de que Cornejo recibe un sueldo mensual de alrededor de 50 mil pesos, pagado con recursos públicos de los jaliscienses, su jefa política, Itzul Barrera, optó por el silencio ante la pregunta legítima de los medios.
La dirigencia nacional de Morena, encabezada por Luisa Alcalde, se deslindó rápidamente del mensaje de Cornejo: “Las expresiones de @melishcs no representan la postura de Morena. Desde su origen, nuestro Movimiento ha sido profundamente pacífico y así lo seguirá siendo”.
La falta de respuesta de Itzul Barrera contrasta con la iniciativa que ella misma presentó recientemente para erradicar el nepotismo y prohibir la reelección inmediata en cargos de elección popular, ya que al mantener a Cornejo en su equipo tras este episodio, pone en entredicho su congruencia y compromiso con la ética pública.
¿Silencio cómplice o falta de liderazgo?
Mientras la polémica crece, la diputada morenista permanece en silencio, alimentando críticas por su incapacidad de asumir responsabilidades políticas ante conductas impropias de sus colaboradores. Una omisión que mancha la imagen del Congreso local y mina la confianza en los representantes de la 4T en Jalisco.
Como no está acostumbrada a trabajar ocho horas diarias, como lo hacen todos, se cansa cuando lo tiene que hacer, ¡bueno cuando intenta hacerlo!
Hay quienes trabajan nueve, 10 y hasta 16 horas diarias y esta señorita lo dice en son de queja o disculpa… ¡Cómo se nota que trabaja, qué bárbara!
Ella no puede responder, ¡es solo una becaria con sueldo!
