De la Redacción
El Buen Tono
ORIZABA.- A pesar de contar con un reglamento que establece sanciones para quienes maltraten animales, el municipio de Orizaba enfrenta crecientes denuncias por abandono canino y desatención por parte de las autoridades municipales, una brecha preocupante entre la legislación existente y su aplicación efectiva.
Múltiples casos de perros en situación vulnerable, ya sea en casas deshabitadas o confinados en azoteas expuestos al sol y la lluvia, han sido reportados constantemente por ciudadanos, sin que hasta el momento se observe una intervención contundente del alcalde Juan Manuel Diez Francos para frenar este problema.
Mientras la administración municipal pretende una clínica animal, por otro lado, olvida y ni siquiera atiende los reportes donde exhiben el maltrato y abandono animal que hay en la ciudad, siendo los rescatistas independientes los únicos que acuden a estos llamados y le hacen el trabajo al gobierno flojo.
Mientras cacarean la clínica se olvidan de los que se encuentran en situación vulnerable, aquellos que nadie podrá llevarlos a un tratamiento o una consulta a la veterinaria, pues desde ahora son invisibles para la administración municipal.
La situación de desprotección va más allá de las mascotas domésticas, pues constantemente los ciudadanos denuncian y evidencian el abandono en que se encuentran los animales que están en el paseo del río Orizaba, donde hubo muertes por desatención.
Han denunciado que el Paseo del Río se ha convertido en un lugar donde los ejemplares sobreviven en condiciones de estrés, deficiente alimentación y encierro inadecuado, calificándolo como “consecuencia de un modelo basado en la explotación animal, el abandono y la simulación”.
La existencia de un reglamento animal en Orizaba publicado en la Gaceta del Estado, que incluso establece multas para maltratadores, contrasta con la percepción de Juan Manuel Diez frente a los casos. Mientras las denuncias de animales expuestos a la intemperie y sin cuidados básicos continúan multiplicándose, los ciudadanos exigen que la protección animal deje de ser “letra muerta” y se traduzca en acciones concretas que garanticen el bienestar de todos los animales en el municipio.
