Millones desaparecidos, poca luz y un gobierno que ya ni da la cara
Efraín Hernández
El Buen Tono
El encendido del pino navideño de Córdoba volvió a exhibir el caos administrativo y el sospechoso manejo de recursos del gobierno municipal. A pesar de los millones que esta administración ha destinado cada año a las decoraciones decembrinas, el árbol colocado en 2025 apareció con poco alumbrado, una estructura pobre y sin forma real de pino. Para evitar el abucheo público, el presidente municipal Juan Martínez Flores no acudió y, en su lugar, envió a simples directores de área para encender el adorno, reflejando el evidente temor a enfrentar a la ciudadanía.
Desde el inicio del cuatrienio, este pino se convirtió en emblema del desorden y del gasto injustificable: cuatro años seguidos de un cono metálico disfrazado de árbol, con fallas, mala instalación y sin una explicación clara del presupuesto utilizado. Cada diciembre, el símbolo navideño termina igual: feo, mal adornado y con la duda sobre en qué bolsillo terminó realmente el dinero.


