


De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- Mientras Córdoba redobla esfuerzos por consolidar su imagen como Pueblo Mágico, una realidad incómoda se expande sin control en el corazón de la ciudad. La avenida 4, entre calles 5 y 7, experimenta un visible incremento de personas dedicadas al comercio sexual, configurando una “zona roja” que autoridades de Salud y Comercio omiten atender.
Dicho abandono institucional contrasta con las promesas de regeneración urbana y pone en riesgo tanto la salud pública como la seguridad ciudadana.
Los antecedentes revelan una problemática sistémica. En febrero de 2022, se documentó cómo el sexoservicio aumentó un 200% durante la pandemia, migrando masivamente a redes sociales. La activista Luna Linares Torrecillas advirtió entonces sobre la falta de controles sanitarios en estos espacios digitales y los riesgos asociados: trata de personas, extorsiones y propagación de ETS. Las medidas anunciadas por el ayuntamiento –como la reanudación de carnés sanitarios y consultas gratuitas– resultaron insuficientes ante la dimensión del fenómeno.
Dos años después, en febrero de 2024, la crisis sanitaria se materializó con la detección de sífilis en trabajadores sexuales del padrón oficial –que apenas registra 500 personas–. La Coordinación de Salud Municipal suspendió en ese entonces tarjetones sanitarios e implementó tratamientos, reconociendo implícitamente la vulnerabilidad del sistema. Sin embargo, estas acciones no abordan el universo no regulado que opera en internet ni la expansión en vía pública.


