De la redacción
El Buen Tono
Del 15 de diciembre al 1 de febrero, el Congreso de la Unión baja la cortina y los legisladores se van de receso. Cincuenta días sin sesiones, sin debates y sin respuestas para un país que sigue enfrentando violencia, pobreza e incertidumbre económica. Mientras tanto, diputados y senadores cobran entre dietas y aguinaldos más de 300 mil y 400 mil pesos respectivamente, todo pagado con dinero público.
La productividad legislativa apenas alcanza el 5%, con solo 109 iniciativas aprobadas de casi 3 mil presentadas. Algunos legisladores aparecen solo una vez por semana, otros trabajan desde casa, y aun así reciben su paga completa. La Comisión Permanente mantiene actividad mínima, mientras la mayoría disfruta de un descanso que millones de mexicanos no pueden permitirse.
La crítica apunta a todos los partidos: PAN, PRI, Morena, Movimiento Ciudadano, PVEM y PT. Todos votaron por sus abultados aguinaldos y todos se fueron de vacaciones, dejando de lado el compromiso con quienes les dieron su confianza.


