De la redacción
El Buen Tono
RIAD, ARABIA SAUDITA.- Naoya Inoue volvió a dejar en claro por qué es uno de los boxeadores más dominantes de la era moderna al derrotar por decisión unánime al mexicano Alan “Rey” David Picasso y conservar los cuatro cinturones del peso supergallo. El combate fue el platillo estelar de The Ring V: Night of the Samurai, celebrado ante figuras del boxeo internacional.
El japonés impuso condiciones de principio a fin y sumó una nueva defensa exitosa como campeón indiscutido, controlando cada aspecto del combate con una estrategia basada en precisión, movilidad y lectura constante del rival.
Desde el primer round, Inoue marcó distancia con el jab, utilizó el desplazamiento lateral para estudiar a Picasso y evitó intercambios innecesarios. Su planteamiento fue paciente, enfocado en el control del ring y en desgastar poco a poco al mexicano.
Picasso intentó presionar y acortar espacios, pero se encontró con una defensa sólida y con la velocidad del campeón, que frustró la mayoría de sus intentos ofensivos. Con el paso de los asaltos, Inoue incrementó el castigo con combinaciones al cuerpo y a la cabeza, haciendo evidente la diferencia en volumen y efectividad.
Aunque el boxeador capitalino mostró resistencia y disposición al intercambio, sus golpes fueron aislados y sin continuidad. El dominio del japonés se reflejó con claridad en las tarjetas: 120-108, 119-109 y 117-111, todas a su favor.
Al término del combate, Inoue reconoció el desgaste acumulado. “La verdad es que estoy cansado. No tanto por las cuatro peleas que tuve este año, sino por lo duro que he tenido que trabajar para ellas”, declaró el “Monstruo”, de 32 años.
Incluso con la victoria, el campeón fue autocrítico. “Sin faltar el respeto a Picasso, me hubiera gustado demostrar de manera más clara la diferencia que hay entre nosotros y haberlo derribado. No cumplí las expectativas”, señaló.
El triunfo allana ahora el camino para un esperado duelo ante su compatriota Junto Nakatani, proyectado para 2026 en Tokio. Nakatani también tuvo participación destacada en la velada de Riad, donde derrotó por decisión unánime al mexicano Sebastián Hernández, consolidando un posible choque japonés de alto impacto para el futuro del boxeo mundial.
