De la redacción
El Buen Tono
Aunque el acceso a internet continúa en expansión a nivel global, cerca de 2 mil 200 millones de personas en el mundo aún permanecen desconectadas, de acuerdo con el más reciente informe de una agencia especializada de Naciones Unidas. La cifra representa una reducción de unos 100 millones respecto al año anterior, pero evidencia que las brechas digitales siguen siendo profundas.
El documento señala que el desarrollo económico sigue siendo un factor determinante. Mientras en las economías más avanzadas el 94 por ciento de la población utiliza internet, en los países de menores ingresos el acceso cae drásticamente al 23 por ciento, lo que limita oportunidades educativas, laborales y sociales.
También persiste una desigualdad de género en el acceso a la red. A nivel mundial, el 77 por ciento de los hombres utiliza internet, frente al 71 por ciento de las mujeres. La brecha se amplía al comparar zonas urbanas y rurales: en las ciudades la conectividad alcanza al 85 por ciento de la población, mientras que en áreas rurales apenas llega al 58 por ciento.
La edad es otro factor relevante. Entre los jóvenes de 15 a 24 años, el uso de internet alcanza el 82 por ciento, superando al 72 por ciento registrado en el resto de la población. Este contraste refleja una mayor adopción tecnológica entre las nuevas generaciones, aunque no elimina las desigualdades estructurales.
Al presentar el informe, la secretaria general de la organización, Doreen Bogdan-Martin, subrayó que en un mundo donde las tecnologías digitales son esenciales para la vida cotidiana, todas las personas deberían tener la posibilidad de beneficiarse de la conectividad.
El reporte incorpora por primera vez datos sobre suscripciones a la red móvil 5G, que ya suman alrededor de 3 mil millones, equivalente a un tercio del total global. Para 2025 se estima que esta tecnología cubrirá al 55 por ciento de la población mundial, aunque la diferencia entre regiones es marcada: en los países de altos ingresos la cobertura alcanza el 84 por ciento, mientras que en las economías menos desarrolladas apenas llega al 4 por ciento.


