

Córdoba.- Joven fresco y con arrastre, Juan Gerardo Perdomo era, de acuerdo a las opiniones, el seguro ganador, o eso le hicieron creer.
Quienes lo usaron de títere, Bueno Torio y Serralde Martínez, lo cobijaron de un equipo mediocre para poder así llevarlo al fracaso. Es ese el efecto de la corrupción que tiene sumido al partido Acción Nacional en el peor momento en 25 años, como ya lo dijo la ex primera dama: es el efecto Serralde.
Nombres muy pobres y lamentables como León Trujillo Martínez (hermano del propio Serralde), Iván Espinosa y Bretón Feito. Como si hubieran querido buscar un equipo mediocre, este era el dream team.
Ganó el PRI en una zona panista de décadas, gracias a que estos personajes le limpiaron la cancha a Aguilar Yunes. Lo que El Buen Tono lleva diciendo durante mucho tiempo: el PRI operando al PAN desde adentro como un tumor que lo devora, consume y deja inútil políticamente.
También hay que achacarle al alcalde Ríos Bernal que haya tenido una de las más desastrosas administraciones en la región practicando tan activamente el nepotismo, el robo, la corrupción y la impunidad. Lo llamamos el efecto Serralde pero podría ser el principio del fin para Acción Nacional.
No es una casualidad que Serralde, pese a mover las piezas desde dentro, haya perdido la curul de su propio distrito.
Ya lo saben todos, Serralde distribuyó suficiente dinero como para componer todo el municipio y aún así perdió.
¡Y vaya forma de perder contra el candidato del PRI por el que nadie daba dos cacahuates!
¿Se habrá terminado el efecto Serralde?
