


HUATUSCO.- En el marco del 125° aniversario del natalicio de Ernesto García Cabral, el Instituto Nacional de Bellas Artes a través de la Coordinación Nacional de Artes Visuales realizará el evento conmemorativo Genialidad del dibujo: 125 aniversario, Ernesto El Chango García Cabral,
para celebrar la trayectoria del dibujante, ilustrador, caricaturista, muralista, pintor e icono del Art Decó y el Art Nouveau mexicanos, famoso por sus contribuciones como caricaturista a la publicación Revista de Revistas. Su obra abarca casi los 30 mil documentos y es conocido como uno de los grandes caricaturistas del siglo pasado.
Dibujante, declarado por la Unesco como Memoria del Mundo, su legado se encuentra en un proceso de catalogación y digitalización.
La conferencia Genialidad del dibujo: 125 aniversario, Ernesto El Chango García Cabral, se efectuará el próximo miércoles 2 de diciembre del año en curso, a las 19:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Su obra de renombre internacional, por décadas, entró a miles de hogares mexicanos a través del semanario Revista de Revistas, de circulación nacional, donde divulgó 25 mil documentos y apoyó la difusión del Art Deco en todo el continente americano.
Dibujante, caricaturista y pintor, cuya obra fue una de las primeras que ilustró la Revolución Mexicana y el más notable diseñador de trajes, muebles, arquitectura y ornamentos. Dibujante humorístico de innumerable medios informativos de la época como los periódicos nacionales más importantes, revistas y suplementos como La Tarántula, Caras y Caretas, El Mundial, El Tiempo y La Nación; así como en Argentina, Chile y España.
De El Chango Cabral, nacido en Huatusco un 18 de diciembre de 1890, sus hijos refieren que no sabían la importancia de su obra hasta que, por iniciativa del escritor Juan José Arreola, se comenzaron a recopilar todas las portadas que hizo para Revista de Revistas y su obra recibió el nombramiento de Memoria del Mundo que otorga la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
A los 17 años consiguió una pensión de 25 pesos mensuales del gobernador Teodoro A. Dehesa para estudiar en la Academia Nacional de Bellas Artes de San Carlos; fue un discípulo sobresaliente por su habilidad plástica para retratar personajes del México cotidiano.
Su capacidad para exagerar los rasgos propios de las personas lo llevaron a la caricatura. Comenzó a trabajar para la revista La Tarántula, durante el gobierno de Porfirio Díaz, y luego en los semanarios Frivolidades y Político Multicolor, que dirigía don Mario Vitoria.
“En Multicolor papá realizó algunas caricaturas que podría parecer que atacaban a Francisco I. Madero; lo cierto es que a esa edad Ernesto no sabía nada (de política, no le interesaba), era un magnífico artista, dibujante pero como decía él, ‘yo hacía los monitos, pero Vitoria ponía el texto’, entonces de ahí que sus ataques parecían ser duros”, comenta Eduardo García Cabral, su hijo menor.
Uno de esos cartones políticos publicados en Multicolor le valió una entrevista directa con Madero, cuando el joven Ernesto apenas tenía 21 años. Él mismo refiere el encuentro: Me ve, me ve el Presidente, me ve muy joven y yo sólo le digo, no pos yo nomás hago los dibujitos señor, a mí nomás me los mandan a hacer, y eso me vale hacerme acreedor de una beca.
Claro, en ese entonces las becas eran muy diferentes, señala Eduardo; le pusieron una lana y le dijeron ahí nos vemos mano, ten tu pasaporte y ya.
El destino fue París, donde conoció a otros artistas mexicanos como Diego Rivera, Amado Nervo y el Doctor Atl; por su parte, la bohemia se adueñó de sus pasos y pronto fue parroquiano de variados clubes y centros de reunión de artistas.
Si García Cabral hubiera tenido menos éxitos femeninos en París, advierte Diego Rivera en 1943 refiriéndose al trabajo de Ernesto, probablemente habría trabajado más en los problemas técnicos de la pintura; su alegre facilidad por los placeres lo empujó a la obra rápida que puede hacerse en unos cuantos minutos de juerga alegre.
Cuando la primera guerra europea estalló en 1914, dejó de recibir la pensión gubernamental desde ese entonces hasta 1916. Mientras, se vio obligado a publicar esporádicamente algunos dibujos en las revistas Vie Parisienne, La Rire y La Bayonette, hasta que durante el Gobierno de Venustiano Carranza en 1915, el ministro de Gobierno, don Isidro Fabela, lo redescubrió en aquel París de principios de siglo y lo sacó de la precaria situación económica en la que se encontraba, nombrándolo agregado cultural de ahí en adelante todo cambio.
Fabela escribió sobre su encuentro con Cabral y describió al tiempo el cuadro titulado El sátiro viejo, que en señal de agradecimiento Ernesto le regaló al funcionario público de ultramar: “En El sátiro viejo estaba el alma de un maestro. Las líneas del dibujo no tienen vacilaciones, son el trazo de una inspiración profunda interpretada con exacta seguridad. La euritmia plástica de la mujer desnuda expresa la deleitosa fruición del esteta que ama las formas femeniles como la obra perfecta de Dios en la naturaleza humana”.


