Córdoba.-Comerciantes establecidos y vendedores del mercado Revolución, denunciaron que la esquina de la avenida 8 y privada calle 7 se ha convertido en un tiradero de basura al aire libre, luego de que locatarios del zoco, por pereza vierten los desperdicios en vía pública.
Los afectados pidieron guardar su identidad pues temen que sus compañeros comerciantes tomen represalias, y es que van varias ocasiones que se les solicita que no depositen sus desechos en vía pública, conminándolos a que lo hagan en los contenedores, situación que les causa molestia.
En este basurero a la intemperie se encuentran desechos embolsados, sin embargo algunos locatarios vacían los contenidos directo en la calle, como restos de vísceras, carne, frutas y verduras que provocan la proliferación de fauna nociva, como ratas y mosquitos, “ ya a todos nos ha dado chikunguya, y los de salubridad nos dijeron que es por la acumulación de basura”.
El olor es nauseabundo y los perros callejeros abren las bolsas para comer los desperdicios dejándolos regados en la calle, esto se pudre y los lixiviados recorren las banquetas esparciendo la inmundicia, y es que los trabajadores de Limpia Pública se concentran en recoger las bolsas dejando en el suelo las desechos que quedan sueltos.
Manifestaron que desde que comenzó la obra del mercado han sido puras molestias, primero con el cierre de las calles y la reubicación de los vendedores sobre la calle lo que resta espacio para la circulación y los constantes retrasos en su edificación; a esto se le suma la falta de limpieza.
“Cómo quieren que el mercado se vea bien, si con este basurero parece muladar, está bien que seamos del mercado pero hay que tener un poco de educación” dijo un inconforme.
Asimismo, lanzaron un llamado al alcalde Tomás Ríos Bernal; “debería dejar de pagarle a los de Comercio, nada más están aquí paseándose y molestando a la gente que sí quiere trabajar; que ese dinero mejor lo ocupe para terminar el mercado, o mejor que los pongan a trabajar recogiendo la basura, pero parece que no le importa”.
Este problema acarrea consigo la pérdida de clientes, “la gente ya no se para a comprar por el olor, ahorita hace frío y casi no huele pero cuando sale el sol es insoportable y mejor se van, algunas veces han tenido que caminar encima de la basura”.
Este foco de infección se encuentra en una zona que implica un riesgo sanitario, ya que en los alrededores se encuentran locales que expenden frutas y verduras, cremería, carnicería y un puesto de comida preparada que está en contacto directo con los agentes infecciosos de este tiradero.