


Cd. de México.- Para que el presidente Enrique Peña Nieto restablezca el Estado de Derecho debe ir contra los políticos y los criminales.
Para que los mexicanos tengan confianza en que sus líderes son serios en el combate a la corrupción, los políticos tendrán que vigilarse a sí mismos.
Eso es lo que concluye The Economist en un amplio texto publicado ayer. Dice, textual: “Si Peña Nieto quiere afianzar el Estado de derecho, los políticos corruptos, así como los mafiosos pistoleros, tendrán que rendir cuentas. Su propuesta de un sistema anticorrupción formado por agencias independientes se está abriendo camino en el Congreso. El propio Peña ha sido avergonzado por acusaciones de conflicto de interés relacionadas con el financiamiento de la casa de su esposa; una investigación lo exoneró de irregularidades. Para que los mexicanos tomen en serio a las acciones contra la corrupción de sus líderes, los políticos tendrán que vigilarse mejor a sí mismos”.
El reporte de la prestigiada revista británica cuenta cómo los números de la violencia han vuelto a crecer. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública (SESNSP), en su Informe de víctimas de homicidio, secuestro y extorsión 2016, indica que el asesinato doloso a nivel nacional repuntó en enero pasado, al registrar 50 diarios, cuatro más que los 46 contabilizados por día en el primero mes de 2015.
De acuerdo con las cifras oficiales, en enero de este año se reportaron mil 534 homicidios dolosos, 106 casos más que los registrados en el mismo mes del año pasado cuando se cometieron mil 428 asesinatos. Es decir, hubo un aumento del 7.42 por ciento en este tipo de crímenes en el país.
Los mismos datos muestran que los secuestros y extorsiones disminuyeron en enero de 2016 con respecto a los del mismo período de 2015. Durante el mes pasado se perpetraron tres plagios y 12 extorsiones diarios, es decir un total de 97 y 382 casos respectivamente. Estas cifras son menores a los 110 secuestros y a los 390 casos de extorsión ocurridos en enero de 2015.
Pero por entidad, el Estado de México -de donde viene el presidente Peña- y Guerrero se situaron a la cabeza de las cifras de homicidio doloso.
En el primer estado se reportaron 192 casos y en el segundo 166. Las cifras muestran una ligera disminución en los homicidios del Estado de México, mientras que en Guerrero se registró un alza de 28 asesinatos.

